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Principales síntomas


En general, la lechuga enferma contrasta en la parcela por su diminuto tamaño (figura 1) y su cabeza parcial. Las hojas inferiores pueden marchitarse durante las horas más calurosas del día, a veces volviéndose amarillas y necrosis durante los ataques severos.

El desarraigo de varias plantas de bajo crecimiento muestra daños en las raíces que a veces son impresionantes. Las raíces presentan lesiones amarillentas que rápidamente se tornan marrones (Figuras 2 y 3). Observamos en algunos lugares, como en el pivote, una suberización superficial y grietas longitudinales (figuras 4 y 5). También tienden a hincharse (Figura 6). Su superficie se vuelve así rugosa y agrietada; hay surcos, crestas, crestas corchosas en el sistema radicular.

El pivote suele verse muy afectado; está fuertemente suberizado y agrandado y se vuelve quebradizo (figura 7). En última instancia, solo una pequeña porción de la raíz principal y algunas raíces adventicias recién formadas a nivel de la corona permanecen en las plantas, y muchas raíces dañadas han desaparecido.

La "raíz corchosa no infecciosa", asociada con la toxicidad del nitrógeno, se caracteriza por una coloración de rosa a roja de las raíces y el cilindro central.

Última modificación:05/20/21
Rhizomonas430
Figura 1
Rhizomonas405
Figura 2
Rhizomonas432
Figura 3
Rhizomonas406
Figura 4
Rhizomonas408
Figura 5
Rhizomonas428
Figura 6
Rhizomonas433
Figura 7