Principales síntomas
Los síntomas causados por el CMV en el melón suelen aparecer 1-2 semanas después de la inoculación por pulgones. Se observan diferencias significativas en los síntomas según la cepa, el estadio de la infección y la susceptibilidad varietal.
Los primeros síntomas se expresan en el melón en forma de una o pocas manchas cloróticas en la hoja inoculada, se generalizan y luego evolucionan en mosaico (figuras 1 a 8). La intensidad de los síntomas varía mucho de una variedad a otra y suelen ser más graves en verano. En Francia, en melones tipo Charentais, se observa un mosaico clásico en el follaje y en ocasiones en los frutos y una reducción general del vigor de la planta (figura 2). Con una infección temprana, la producción puede verse seriamente comprometida. En otras variedades de melón, el mosaico puede ser mucho más severo y la planta se atasca.
Los frutos también presentan mosaicos más o menos marcados (figura 9)
En pepino: Se observan síntomas de mosaico fuerte en el follaje y en los frutos. En variedades de frutos largos cultivadas en invernadero, podemos notar un marchitamiento repentino de la planta a los pocos días de la inoculación, incluso antes de la aparición de los síntomas del mosaico.
En calabacín: Los síntomas comienzan con manchas cloróticas en las hojas inoculadas. A medida que el mosaico crece, las hojas se enrollan sobre sí mismas, se deforman, la planta se cuelga y adquiere una apariencia amarillenta. Los primeros frutos producidos muestran pequeñas depresiones en "pinchazos" más o menos pronunciadas, luego todas las flores se hunden y la fructificación se detiene. En el calabacín, el CMV es más común en los períodos fríos (primavera, otoño). Además, notamos una mayor sensibilidad de las plantas jóvenes (hablamos de resistencia o menor sensibilidad en la etapa "adulta").
En sandía: la sandía rara vez se infecta con CMV, que con mayor frecuencia causa manchas negras necróticas