Biología, epidemiología
- Conservación, fuentes de inóculo
Thanatephorus cucumeris (Rhizoctonia solani) se encuentra con frecuencia en muchos suelos en los que se han cultivado repetidamente hortalizas. Tiene potenciales saprofitos que le permiten conservarse en el suelo en ausencia de huéspedes sensibles. Se encuentra en estado de micelio (figuras 1 y 2) y pseudoesclerocios (figura 3), a menudo en materia orgánica y los restos vegetales más diversos que coloniza fácilmente. Crece fácilmente en el suelo, especialmente si el suelo ha sido desinfectado y limpiado de posibles microorganismos antagonistas. Este hongo parásito, muy polífago , puede atacar y persistir en los hospedadores más diversos y en sus desechos. Puede estar presente en ciertos sustratos y compost, a veces en ciertas turbas o en algunas plantas compradas. No es raro que contamine el material no desinfectado utilizado en los viveros.
- Penetración e invasión
La contaminación se produce a través del micelio (figura 2) presente en el suelo o de los esclerocios (figura 3). Esto puede colonizar superficialmente todos los órganos del melón presentes en el suelo o en contacto con él. Hasta donde sabemos, no contaminación que involucre basidiosporas se ha informado de (figura 4) en el melón. Posteriormente, el micelio ingresa a los tejidos directamente a través de la cutícula o mediante diversas lesiones. Su evolución inter e intracelular suele ser muy rápida y destructiva debido a su equipamiento enzimático, pero también si se encuentra con condiciones climáticas favorables. Este proceso parasitario está en el origen del mojado de las plántulas, lesiones y podredumbres visibles en los distintos órganos del melón.
- Esporulación y diseminación
A partir de los tejidos dañados, el hongo forma un micelio que viaja por los tejidos (figura 1) y por el suelo y llega a otros órganos sanos. Los esclerocios (Figura 3), mezclados con partículas de suelo que contaminan diferentes materiales, también contribuyen a su diseminación. Su forma sexual también puede realizar esta función, este puede ser el caso en otras culturas. En este caso, son las basidiosporas (figura 4) formadas sobre los basidios presentes en la superficie del himenio las que aseguran la dispersión aérea. Estas esporas pueden propagarse por el viento y las corrientes de aire a distancias bastante grandes. Las plantas más o menos afectadas contribuyen a su difusión.
- Condiciones favorables para su desarrollo
T. cucumeris prospera en suelos húmedos y pesados, así como en suelos más livianos y secos, a pH ácido o básico y temperaturas entre 5 y 36 ° C. Los suelos demasiado secos o demasiado húmedos parecen inhibirlo. Puede atacar al melón durante todo su ciclo de desarrollo. Es particularmente dañino en presencia de humedad y cuando las temperaturas son bastante suaves, del orden de 23-27 ° C o cuando son desfavorables para el melón, especialmente por debajo de 20 ° C.
Nótese que la severidad de sus ataques fluctúa en las Cucurbitáceas dependiendo de las cepas, pero también en otras plagas telúricas en complejo con ella en las raíces.