Principales síntomas
El virus del mosaico del pepino (PepMV) provoca en el tomate multitud de síntomas, a veces sorprendentes por su apariencia y su expresión en el tiempo. Podemos observar mosaicos foliares más o menos severos, en ocasiones bastante amarillos (Figuras 1 y 2), manchas, o incluso zonas cloróticas bastante marcadas (Figuras 3 y 4) y lesiones necróticas (Figura 5).
Las manchas amarillas son el síntoma más característico de este virus. También se observan deformaciones de folíolos y hojas en períodos de poca luz; estos pueden curvarse hacia arriba o hacia abajo de la lámina de la hoja y exhibir ampollas y enation verde oscuro. Los ápices de las plantas ven su crecimiento más o menos bloqueado; los folíolos y las hojas son de color bastante oscuro, más estrechos y dentados. Estos síntomas les dan la apariencia característica de hojas de ortiga o daño por herbicidas de tipo hormonal. Además, pueden aparecer rayas marrones y corchosas en el tallo.
Los sépalos son a veces necróticos superficialmente (Figura 6) y las flores pueden volverse marrones y abortar . Los frutos revelan un mosaico más o menos intenso, especialmente cuando están maduros (figuras 7 y 8). Este mosaico puede ocurrir sin que se presenten otros síntomas en las plantas.
Las plantas enfermas tienden a envejecer prematuramente. También suelen estar distribuidos a lo largo de la fila, al menos inicialmente.
La expresión de los síntomas parece estar fuertemente influenciada por las condiciones climáticas, en particular por la temperatura y la luz en los refugios. Por lo tanto, los síntomas se observan fácilmente desde el otoño hasta la primavera y tienden a desaparecer en períodos cálidos y brillantes. La enfermedad se expresa de manera diferente según la etapa de desarrollo de la planta y el cultivar.
Tenga en cuenta que puede pasar completamente desapercibido, a pesar de la infección de muchas plantas, o aparecer en una capa de hojas y frutos.